Experiencia Medieval





1. INTRODUCCIÓN:

La edad medieval de Cartagena abarca desde la reconquista de la ciudad por el príncipe Alfonso en 1245 hasta el final de la Edad Media en 1516.

Durante este periodo, Cartagena fue una ciudad de importancia estratégica, comercial y religiosa, sede de la diócesis de Cartagena y de la Orden de Santiago. La ciudad sufrió varias revueltas, asedios y epidemias, pero también experimentó un desarrollo urbano, cultural y artístico.

Algunos de los monumentos más destacados de esta época son el castillo de la Concepción, la muralla del mar, el palacio de los Molina y la iglesia de Santa María la Mayor


2. DONDE COMER:

Por supuesto, la mesa de un conde no era igual a la de un siervo. Pero la diferencia, más que de calidad, era de cantidad. La jet set de la Alta Edad Media no entendía de sutilezas. Para ellos, el prestigio social dependía de cuántos alimentos pudiera uno permitirse, sin que importara dema­siado su naturaleza o su preparación.

Poner la mesa tampoco era tarea fácil, sobre todo porque era preciso ponerla de verdad, literalmente. No existían las mesas fijas de comedor, en realidad ni siquiera existían los comedores. El ban­quete se servía en una sala o en otra en función del número de invitados que se esperaba recibir. Para ello se montaban largas tablas sobre caballetes, que lue­go se cubrían con manteles.

En la Edad Media lo habitual era sentar­se a la mesa dos veces al día: una para el almuerzo , entre las diez y las once de la mañana, y otra para la cena , que solía servirse antes del anochecer. Los banquetes eran una excepción. Un festín medieval podía alargarse hasta la medianoche o incluso durar varios días.

La base alimentaria eran los cereales (lo siguen siendo hoy). Las patatas, el maíz, los tomates y pimientos se descubrieron en América, así que no existían en la Iberia medieval y el arroz tardó en llegar a través de los musulmanes. Por lo que las comidas más recurrentes eran a base de avena, trigo, centeno y mijo, con los que se elaboraban los productos de diario: pan y gachas. La gastronomía medieval se basaba en los recursos terrestres: frutas y verduras. Tenían menor presencia los productos acuáticos y escaseaban las carnes, todo un lujo en la época cuya ingesta estaba reservada a días especiales o a los bolsillos más pudientes.

Por tanto, destacan frutas como las manzanas, higos y peras , y verduras como el ajo, los nabos, coles y puerros . Todo ello se acompañaba con vino o cerveza , pues el agua no estaba depurada y solía mezclarse con alcohol para evitar enfermedades. Los afortunados que podían comer carne tenían a su disposición pollo y cerdo , así como los productos de caza como venado , jabalí y aves silvestres , y algunos más exóticos y exclusivos como la oca , el cisne  o el pavo real.

Las comidas podían ser tres, cinco o incluso más. En cada uno de ellos se llenaba la mesa de viandas, sin un orden determinado: verduras, frutas, pescados y carnes podían servirse a la vez en cualquier momento. No obstante, era corriente ofrecer dulces y frutos se­cos al final de la comida, aunque no ne­cesariamente en la misma mesa.

A fina­les de la Edad Media, mientras retiraban unas bandejas y traían las siguientes, se entretenía a los invitados con pequeñas representaciones, llamadas entremeses.

Las sobras se repartían entre los pobres, para cumplir a la vez con las obligaciones del estómago y las de la caridad. Pero ¿de verdad se comía tanto? En rea­lidad no, o al menos no necesariamen­te. Aquellos menús, con sus intermina­bles bandejas de faisanes, cisnes y ciervos asados, no estaban pensados para atiborrarse. Nadie comía de todo.




3. DONDE DORMIR:

Evidentemente existían claras diferencias entre las viviendas de las clases más bajas y las de las altas. Así, por ejemplo, era habitual que los primeros se hicieran construir casas modestas compuestas por tan solo una estancia donde dormía, cocinaba y compartía vida toda la familia. Dado que la mayoría eran campesinos solían guardar también todos los enseres y útiles de trabajo, además de las cosechas obtenidas.

En el caso de que la vivienda correspondiera a la de un artesano , como un herrero, se añadía un pequeño taller. La casa, además, podía contar con un pequeño patio trasero en el que los habitantes cultivaban sus verduras. también podían disponer de un corral con gallinas, un pozo, un horno y casi siempre una letrina donde hacían sus necesidades.

Por su parte, los más adinerados eran los únicos que construían casas de dos plantas a base de madera y piedra. Su distribución no distaba mucho de cómo son las viviendas actuales de dos pisos. Así, en el inferior contaban con varias estancias dispuestas alrededor de un patio interior. En estas estancias se recibía a las visitas, mientras que en la superior se hallaban las habitaciones de todos los integrantes de la familia.

Un castillo medieval era una construcción fortificada que servía como residencia de un rey, una reina, un noble o un caballero. Dentro de un castillo, también vivían otras personas, como sacerdotes, sirvientes, cocineros, guardias, cuidadores de niños y asistentes personales. La vida en un castillo variaba según la época del año, el lugar y el nivel social de sus habitantes.

Las partes más importantes de un castillo medieval son las siguientes:

1. TORREÓN: Eran grandes torres desde las cuales se defendía el castillo. En su cumbre, los soldados podían apostarse para disparar con flechas o ballestas.  También son excelentes atalayas para ojear alrededor.

2. ATALAYA: Unas torres muy altas y más esbeltas que los torreones. Prácticamente solo tienen espacio para la escalera, que muchas veces es simplemente una “escalera de marinero”. Tenían espacio para una sola persona que recibe el nombre de ‘vigía’.

3. TORRE DEL HOMENAJE: Es la torre principal y donde se ubican los aposentos del Rey o Señor Feudal. Hay que decirse que era una suerte de refugio dentro del castillo.

4. MURALLAS: Envolvían todo el perímetro del castillo. Eran altos, gruesos y difíciles de escalar. A menudo las murallas tenían un foso. Su cometido era que los atacantes no pudiesen poner escales en la muralla y treparlas.

5. ADARVE: Un camino estrecho en la cima de la muralla cuya función era defensiva. Los centinelas lo patrullaban de manera constante y desde allí organizaban la defensa del castillo. Sin duda, la mejor de las partes de un castillo medieval para arrojar aceite hirviendo o piedras a los atacantes, siendo la puerta principal de la muralla donde colocaban los principales defensores.

6. BASTIÓN: Era una especie de torreón que sobresalía del castillo en la unión de dos paredes de modo que quedaba fuera de la estructura cuadrada. El bastión solía tener aspilleras desde donde se podían defender mejor los muros del castillo sin tener que salir al exterior.

7. BARBACANA: Era una construcción situada en la puerta del castillo que muchas veces se diseñaba como torre. Su misión era tener más control sobre este punto.

8. RASTRILLO: Era un entramado de rejas rematadas en punta que se bajaban para proteger las puertas del castillo

9. PUENTE LEVADIZO: Se diseñaba con un sistema mecánico de poleas  sobre el foso y solo se bajaba para permitir la entrada o salida de personas autorizadas.

10. LA MAZMORRA: Una cárcel oscura y tenebrosa situada generalmente bajo tierra en las profundidades del castillo donde se encerraba a los enemigos y delincuentes comunes de la zona. Las más completas incluso contaban con cámaras de tortura donde se hacia pasar malos momentos a los enemigos del reino.

11. PATIO DE ARMAS: Era un patio central, donde toda la comunidad del castillo podía reunirse. Ahí se emplazaban las habitaciones de los soldados y el cuartel principal.

4. ¿QUE VISITAR?

 4.1. Museos 

 1. Arqua, Paseo Alfonso XII, 22 (Ruta Arqueológica II)

 2. Museo Arqueológico Municipal, Ramón y Cajal, 45 (Ruta Arqueológica II)

 3. Museo Foro Romano, Adarve (Ruta Arqueológica I)

 4. Museo Naval, Paseo Alfonso XII (Barroco 17 y Neoclásico 18)

 5. Museo Histórico Militar, Plaza Puerta de la Serreta S/N  (Barroco 17 y Neoclásico 18)


 4.2. Centro de interpretación

 6. Centro de Interpretación de la Historia, Colina de la Concepción

7. Centro de Interpretación de la Arquitectura Defensiva, Faro de Navidad


 4.3. Monumentos

 8. Fuerte de Navidad, Faro de Navidad


4.4 Edificaciones

 9. Castillo de la Concepción, Colina de la Concepción

 10. Ascensor panorámico, Gisbert S/N


4.5 Lugares

11. Molinete


5. ¿QUÉ HACER?
En la Edad Media, los juegos de mesa eran una forma popular de entretenimiento entre la nobleza y la burguesía. Estos juegos eran una manera de socializar y pasar el tiempo de forma amena.  Algunos de los juegos de mesa más populares de la época eran: el ajedrez era considerado uno de los juegos más intelectuales y estratégicos de la Edad Media. Las damas era otro juego de estrategia que se jugaba en un tablero similar al del ajedrez. El backgammon era un juego de mesa muy popular en la Edad Media y sigue siendo jugado hoy en día. Los juegos de dados también eran muy comunes en la Edad Media. Se jugaba con dados de seis caras y el objetivo era obtener la combinación correcta para ganar. Estos juegos de azar eran populares tanto entre la nobleza como entre el pueblo llano.

Los torneos de caballeros eran considerados uno de los eventos más emocionantes y llenos de acción. Estos encuentros eran competiciones en las que los caballeros demostraban sus habilidades en combate y destreza en el manejo de armas. Los torneos solían llevarse a cabo en grandes campos o plazas, donde se construían gradas para que el público pudiera presenciar el espectáculo. El objetivo principal de los torneos era exhibir la valentía y habilidad de los caballeros, así como promover el espíritu de camaradería y competencia entre ellos. Además de las justas, también se realizaban otras pruebas, como carreras de caballos, tiro con arco y combates a pie con espadas y lanzas.

La música medieval era muy diversa y se interpretaba de diferentes maneras. Los trovadores y juglares recorrían los caminos llevando sus instrumentos y cantando canciones de amor, guerra y hazañas heroicas. Estos artistas ambulantes eran muy populares y entretenían a la gente en plazas y castillos.

En cuanto a la danza , era una forma de expresión muy común en la Edad Media. Tanto en las celebraciones religiosas como en las festividades populares, la danza era parte integral de los festejos. 

Los juglares  eran expertos en el arte de la narración oral. Utilizaban su habilidad para contar historias épicas y fantásticas, transmitiendo el conocimiento y las leyendas de su tiempo. A través de su voz y gestos, lograban captar la atención de su audiencia y transportarla a mundos imaginarios.

Por otro lado, los trovadores  se especializaban en la música. Acompañados de su instrumento, generalmente una vihuela o un laúd, interpretaban canciones de amor, batallas y hazañas heroicas. Sus melodías y letras evocaban emociones y despertaban el interés de quienes los escuchaban. La labor de los juglares  y trovadores  fue fundamental para la transmisión de la cultura durante la Edad Media. Gracias a ellos, se conservaron historias y leyendas que forman parte del acervo cultural de la humanidad.

En la Edad Media, los festivales y ferias eran momentos especiales en los que la gente se reunía para divertirse y disfrutar de diversas actividades. Estos eventos eran muy populares y se llevaban a cabo en diferentes momentos del año en toda Europa.

Las ferias comerciales eran ocasiones en las que los comerciantes se reunían para vender y comprar productos. Estos eventos eran muy importantes para la economía medieval, ya que permitían el intercambio de bienes y la expansión del comercio. Además de las transacciones comerciales, las ferias también ofrecían entretenimiento en forma de juegos, espectáculos de acrobacias y música en vivo.

La diversión no estaba limitada a los nobles y caballeros. También existía un lugar especial para los bufones y payasos , quienes animaban las fiestas y eventos con sus bromas y acrobacias. Estos personajes eran muy populares y su presencia era garantía de risas y entretenimiento.

Los nobles organizaban grandes expediciones de caza en las que participaban acompañados de sus servidores y perros de caza entrenados. Utilizaban una variedad de armas, como arcos y flechas, ballestas y lanzas, para capturar presas como ciervos, jabalíes y conejos.

Los nobles también disfrutaban de deportes al aire libre como la justa, el torneo, el juego de la pelota y el tiro con arco. La justa era un enfrentamiento a caballo entre dos caballeros armados con lanzas, mientras que el torneo era un evento más elaborado que incluía combates individuales o en equipo con espadas y otras armas. El juego de la pelota, similar al fútbol moderno, se jugaba en campos abiertos y era muy popular entre los nobles y la gente común por igual. Se formaban equipos y se utilizaban pelotas hechas de cuero o tela rellenas de paja. El objetivo era llevar la pelota al extremo opuesto del campo, sin utilizar las manos.

El tiro con arco  no solo era un juego divertido, sino también una habilidad vital para los guerreros de la época. Además, se organizaban competencias y torneos donde los arqueros demostraban su destreza y competían por premios y reconocimiento.

En la Edad Media, la nobleza encontraba diversión en diversas actividades, una de ellas era la cetrería . Esta práctica consistía en la caza con aves rapaces entrenadas, como halcones y águilas.


6. MERCADO MEDIEVAL:

El Mercado Medieval de Cartagena  se celebrará en noviembre de 2024 en las calles del casco antiguo de la ciudad.

El mercado contará con más de 100 puestos en los habrá una gran variedad de artesanos que trabajan diferentes productos como joyería, cosmética natural, cuero o cerámica. También habrá diversos puestos de alimentación, entre los que se podrá encontrar embutidos, dulces o productos garrapiñados, así como una zona árabe, que contará con una exposición de cerámica.


7. CARTAGENA SECRETA:

Se trata de una ruta misteriosa, sobre magia, ocultismo y objetos de poder.

Una antigua leyenda afirma que los cruzados fundaron hermandades secretas  para custodiar los objetos tocados por el poder de Dios, como la Sábana Santa, la lanza del Destino o los restos de la cruz de Cristo. ¿Qué hay de cierto en esto? ¿Y qué relación tienen estas misteriosas reliquias con Cartagena?

Descúbrelo en este apasionante recorrido tras la pista de los objetos mágicos por nuestra ciudad, en el que revelaremos qué grupos ocultistas trataron de apoderarse de ellos, cuándo se convirtieron en los guardianes de la tradición hermética, cómo adoraban a Baphomet y su conexión con los actuales cultos a Lucifer. Además, desvelaremos exorcismos reales practicados más cerca de lo que imaginas, describiremos extraños rituales de magia negra celebrados en Cartagena, hallaremos antiguas logias secretas y mucho más en una aventura que no dejará a nadie indiferente.


8. MEDIEVALES PARA EL RECUERDO

Los muebles en la Edad Media eran principalmente rústicos y funcionales. La madera era el material más comúnmente utilizado para su construcción, ya que era abundante y fácil de trabajar. Los muebles eran diseñados de manera simple y sin adornos excesivos. Algunos de los tipos de muebles más importantes de la Edad Media eran el cofre, el armario, la mesa y los asientos.  Estos muebles tenían que ser portátiles y versátiles, ya que la vida era inestable y peligrosa para la mayoría de la gente. Los muebles de la Edad Media reflejaban la vida que vivían esas personas, llena de interrupciones y dificultades. 

Los muebles en los castillos eran más lujosos y elaborados que los de las casas comunes. Los nobles y los reyes podían permitirse muebles de madera noble, metal, piedra o marfil, con tallas, pinturas, incrustaciones o tapices que mostraban su riqueza y poder. Algunos de los muebles más característicos de los castillos eran el trono, el dosel, el escabel, el bufete, el arca, el escaño y el lecho . Estos muebles tenían que ser sólidos y resistentes, ya que los castillos eran también lugares de defensa y refugio en caso de guerra.

Los adornos en los castillos eran una forma de mostrar el estatus y el gusto de sus habitantes. Algunos de los adornos más comunes eran las tapicerías, los cuadros, las esculturas, los relojes, los candelabros, los espejos y los jarrones . Estos adornos podían tener motivos heráldicos, religiosos, mitológicos o paisajísticos. Los adornos también servían para aislar y decorar las paredes, los techos y los suelos de los castillos, que solían ser fríos y oscuros.


Experiencia Medieval





1. INTRODUCCIÓN:

La edad medieval de Cartagena abarca desde la reconquista de la ciudad por el príncipe Alfonso en 1245 hasta el final de la Edad Media en 1516.

Durante este periodo, Cartagena fue una ciudad de importancia estratégica, comercial y religiosa, sede de la diócesis de Cartagena y de la Orden de Santiago. La ciudad sufrió varias revueltas, asedios y epidemias, pero también experimentó un desarrollo urbano, cultural y artístico.

Algunos de los monumentos más destacados de esta época son el castillo de la Concepción, la muralla del mar, el palacio de los Molina y la iglesia de Santa María la Mayor


2. DONDE COMER:

Por supuesto, la mesa de un conde no era igual a la de un siervo. Pero la diferencia, más que de calidad, era de cantidad. La jet set de la Alta Edad Media no entendía de sutilezas. Para ellos, el prestigio social dependía de cuántos alimentos pudiera uno permitirse, sin que importara dema­siado su naturaleza o su preparación.

Poner la mesa tampoco era tarea fácil, sobre todo porque era preciso ponerla de verdad, literalmente. No existían las mesas fijas de comedor, en realidad ni siquiera existían los comedores. El ban­quete se servía en una sala o en otra en función del número de invitados que se esperaba recibir. Para ello se montaban largas tablas sobre caballetes, que lue­go se cubrían con manteles.

En la Edad Media lo habitual era sentar­se a la mesa dos veces al día: una para el almuerzo , entre las diez y las once de la mañana, y otra para la cena , que solía servirse antes del anochecer. Los banquetes eran una excepción. Un festín medieval podía alargarse hasta la medianoche o incluso durar varios días.

La base alimentaria eran los cereales (lo siguen siendo hoy). Las patatas, el maíz, los tomates y pimientos se descubrieron en América, así que no existían en la Iberia medieval y el arroz tardó en llegar a través de los musulmanes. Por lo que las comidas más recurrentes eran a base de avena, trigo, centeno y mijo, con los que se elaboraban los productos de diario: pan y gachas. La gastronomía medieval se basaba en los recursos terrestres: frutas y verduras. Tenían menor presencia los productos acuáticos y escaseaban las carnes, todo un lujo en la época cuya ingesta estaba reservada a días especiales o a los bolsillos más pudientes.

Por tanto, destacan frutas como las manzanas, higos y peras , y verduras como el ajo, los nabos, coles y puerros . Todo ello se acompañaba con vino o cerveza , pues el agua no estaba depurada y solía mezclarse con alcohol para evitar enfermedades. Los afortunados que podían comer carne tenían a su disposición pollo y cerdo , así como los productos de caza como venado , jabalí y aves silvestres , y algunos más exóticos y exclusivos como la oca , el cisne  o el pavo real.

Las comidas podían ser tres, cinco o incluso más. En cada uno de ellos se llenaba la mesa de viandas, sin un orden determinado: verduras, frutas, pescados y carnes podían servirse a la vez en cualquier momento. No obstante, era corriente ofrecer dulces y frutos se­cos al final de la comida, aunque no ne­cesariamente en la misma mesa.

A fina­les de la Edad Media, mientras retiraban unas bandejas y traían las siguientes, se entretenía a los invitados con pequeñas representaciones, llamadas entremeses.

Las sobras se repartían entre los pobres, para cumplir a la vez con las obligaciones del estómago y las de la caridad. Pero ¿de verdad se comía tanto? En rea­lidad no, o al menos no necesariamen­te. Aquellos menús, con sus intermina­bles bandejas de faisanes, cisnes y ciervos asados, no estaban pensados para atiborrarse. Nadie comía de todo.




3. DONDE DORMIR:

Evidentemente existían claras diferencias entre las viviendas de las clases más bajas y las de las altas. Así, por ejemplo, era habitual que los primeros se hicieran construir casas modestas compuestas por tan solo una estancia donde dormía, cocinaba y compartía vida toda la familia. Dado que la mayoría eran campesinos solían guardar también todos los enseres y útiles de trabajo, además de las cosechas obtenidas.

En el caso de que la vivienda correspondiera a la de un artesano , como un herrero, se añadía un pequeño taller. La casa, además, podía contar con un pequeño patio trasero en el que los habitantes cultivaban sus verduras. también podían disponer de un corral con gallinas, un pozo, un horno y casi siempre una letrina donde hacían sus necesidades.

Por su parte, los más adinerados eran los únicos que construían casas de dos plantas a base de madera y piedra. Su distribución no distaba mucho de cómo son las viviendas actuales de dos pisos. Así, en el inferior contaban con varias estancias dispuestas alrededor de un patio interior. En estas estancias se recibía a las visitas, mientras que en la superior se hallaban las habitaciones de todos los integrantes de la familia.

Un castillo medieval era una construcción fortificada que servía como residencia de un rey, una reina, un noble o un caballero. Dentro de un castillo, también vivían otras personas, como sacerdotes, sirvientes, cocineros, guardias, cuidadores de niños y asistentes personales. La vida en un castillo variaba según la época del año, el lugar y el nivel social de sus habitantes.

Las partes más importantes de un castillo medieval son las siguientes:

1. TORREÓN: Eran grandes torres desde las cuales se defendía el castillo. En su cumbre, los soldados podían apostarse para disparar con flechas o ballestas.  También son excelentes atalayas para ojear alrededor.

2. ATALAYA: Unas torres muy altas y más esbeltas que los torreones. Prácticamente solo tienen espacio para la escalera, que muchas veces es simplemente una “escalera de marinero”. Tenían espacio para una sola persona que recibe el nombre de ‘vigía’.

3. TORRE DEL HOMENAJE: Es la torre principal y donde se ubican los aposentos del Rey o Señor Feudal. Hay que decirse que era una suerte de refugio dentro del castillo.

4. MURALLAS: Envolvían todo el perímetro del castillo. Eran altos, gruesos y difíciles de escalar. A menudo las murallas tenían un foso. Su cometido era que los atacantes no pudiesen poner escales en la muralla y treparlas.

5. ADARVE: Un camino estrecho en la cima de la muralla cuya función era defensiva. Los centinelas lo patrullaban de manera constante y desde allí organizaban la defensa del castillo. Sin duda, la mejor de las partes de un castillo medieval para arrojar aceite hirviendo o piedras a los atacantes, siendo la puerta principal de la muralla donde colocaban los principales defensores.

6. BASTIÓN: Era una especie de torreón que sobresalía del castillo en la unión de dos paredes de modo que quedaba fuera de la estructura cuadrada. El bastión solía tener aspilleras desde donde se podían defender mejor los muros del castillo sin tener que salir al exterior.

7. BARBACANA: Era una construcción situada en la puerta del castillo que muchas veces se diseñaba como torre. Su misión era tener más control sobre este punto.

8. RASTRILLO: Era un entramado de rejas rematadas en punta que se bajaban para proteger las puertas del castillo

9. PUENTE LEVADIZO: Se diseñaba con un sistema mecánico de poleas  sobre el foso y solo se bajaba para permitir la entrada o salida de personas autorizadas.

10. LA MAZMORRA: Una cárcel oscura y tenebrosa situada generalmente bajo tierra en las profundidades del castillo donde se encerraba a los enemigos y delincuentes comunes de la zona. Las más completas incluso contaban con cámaras de tortura donde se hacia pasar malos momentos a los enemigos del reino.

11. PATIO DE ARMAS: Era un patio central, donde toda la comunidad del castillo podía reunirse. Ahí se emplazaban las habitaciones de los soldados y el cuartel principal.

4. ¿QUE VISITAR?

 4.1. Museos 

 1. Arqua, Paseo Alfonso XII, 22 (Ruta Arqueológica II)

 2. Museo Arqueológico Municipal, Ramón y Cajal, 45 (Ruta Arqueológica II)

 3. Museo Foro Romano, Adarve (Ruta Arqueológica I)

 4. Museo Naval, Paseo Alfonso XII (Barroco 17 y Neoclásico 18)

 5. Museo Histórico Militar, Plaza Puerta de la Serreta S/N  (Barroco 17 y Neoclásico 18)


 4.2. Centro de interpretación

 6. Centro de Interpretación de la Historia, Colina de la Concepción

7. Centro de Interpretación de la Arquitectura Defensiva, Faro de Navidad


 4.3. Monumentos

 8. Fuerte de Navidad, Faro de Navidad


4.4 Edificaciones

 9. Castillo de la Concepción, Colina de la Concepción

 10. Ascensor panorámico, Gisbert S/N


4.5 Lugares

11. Molinete


5. ¿QUÉ HACER?
En la Edad Media, los juegos de mesa eran una forma popular de entretenimiento entre la nobleza y la burguesía. Estos juegos eran una manera de socializar y pasar el tiempo de forma amena.  Algunos de los juegos de mesa más populares de la época eran: el ajedrez era considerado uno de los juegos más intelectuales y estratégicos de la Edad Media. Las damas era otro juego de estrategia que se jugaba en un tablero similar al del ajedrez. El backgammon era un juego de mesa muy popular en la Edad Media y sigue siendo jugado hoy en día. Los juegos de dados también eran muy comunes en la Edad Media. Se jugaba con dados de seis caras y el objetivo era obtener la combinación correcta para ganar. Estos juegos de azar eran populares tanto entre la nobleza como entre el pueblo llano.

Los torneos de caballeros eran considerados uno de los eventos más emocionantes y llenos de acción. Estos encuentros eran competiciones en las que los caballeros demostraban sus habilidades en combate y destreza en el manejo de armas. Los torneos solían llevarse a cabo en grandes campos o plazas, donde se construían gradas para que el público pudiera presenciar el espectáculo. El objetivo principal de los torneos era exhibir la valentía y habilidad de los caballeros, así como promover el espíritu de camaradería y competencia entre ellos. Además de las justas, también se realizaban otras pruebas, como carreras de caballos, tiro con arco y combates a pie con espadas y lanzas.

La música medieval era muy diversa y se interpretaba de diferentes maneras. Los trovadores y juglares recorrían los caminos llevando sus instrumentos y cantando canciones de amor, guerra y hazañas heroicas. Estos artistas ambulantes eran muy populares y entretenían a la gente en plazas y castillos.

En cuanto a la danza , era una forma de expresión muy común en la Edad Media. Tanto en las celebraciones religiosas como en las festividades populares, la danza era parte integral de los festejos. 

Los juglares  eran expertos en el arte de la narración oral. Utilizaban su habilidad para contar historias épicas y fantásticas, transmitiendo el conocimiento y las leyendas de su tiempo. A través de su voz y gestos, lograban captar la atención de su audiencia y transportarla a mundos imaginarios.

Por otro lado, los trovadores  se especializaban en la música. Acompañados de su instrumento, generalmente una vihuela o un laúd, interpretaban canciones de amor, batallas y hazañas heroicas. Sus melodías y letras evocaban emociones y despertaban el interés de quienes los escuchaban. La labor de los juglares  y trovadores  fue fundamental para la transmisión de la cultura durante la Edad Media. Gracias a ellos, se conservaron historias y leyendas que forman parte del acervo cultural de la humanidad.

En la Edad Media, los festivales y ferias eran momentos especiales en los que la gente se reunía para divertirse y disfrutar de diversas actividades. Estos eventos eran muy populares y se llevaban a cabo en diferentes momentos del año en toda Europa.

Las ferias comerciales eran ocasiones en las que los comerciantes se reunían para vender y comprar productos. Estos eventos eran muy importantes para la economía medieval, ya que permitían el intercambio de bienes y la expansión del comercio. Además de las transacciones comerciales, las ferias también ofrecían entretenimiento en forma de juegos, espectáculos de acrobacias y música en vivo.

La diversión no estaba limitada a los nobles y caballeros. También existía un lugar especial para los bufones y payasos , quienes animaban las fiestas y eventos con sus bromas y acrobacias. Estos personajes eran muy populares y su presencia era garantía de risas y entretenimiento.

Los nobles organizaban grandes expediciones de caza en las que participaban acompañados de sus servidores y perros de caza entrenados. Utilizaban una variedad de armas, como arcos y flechas, ballestas y lanzas, para capturar presas como ciervos, jabalíes y conejos.

Los nobles también disfrutaban de deportes al aire libre como la justa, el torneo, el juego de la pelota y el tiro con arco. La justa era un enfrentamiento a caballo entre dos caballeros armados con lanzas, mientras que el torneo era un evento más elaborado que incluía combates individuales o en equipo con espadas y otras armas. El juego de la pelota, similar al fútbol moderno, se jugaba en campos abiertos y era muy popular entre los nobles y la gente común por igual. Se formaban equipos y se utilizaban pelotas hechas de cuero o tela rellenas de paja. El objetivo era llevar la pelota al extremo opuesto del campo, sin utilizar las manos.

El tiro con arco  no solo era un juego divertido, sino también una habilidad vital para los guerreros de la época. Además, se organizaban competencias y torneos donde los arqueros demostraban su destreza y competían por premios y reconocimiento.

En la Edad Media, la nobleza encontraba diversión en diversas actividades, una de ellas era la cetrería . Esta práctica consistía en la caza con aves rapaces entrenadas, como halcones y águilas.


6. MERCADO MEDIEVAL:

El Mercado Medieval de Cartagena  se celebrará en noviembre de 2024 en las calles del casco antiguo de la ciudad.

El mercado contará con más de 100 puestos en los habrá una gran variedad de artesanos que trabajan diferentes productos como joyería, cosmética natural, cuero o cerámica. También habrá diversos puestos de alimentación, entre los que se podrá encontrar embutidos, dulces o productos garrapiñados, así como una zona árabe, que contará con una exposición de cerámica.


7. CARTAGENA SECRETA:

Se trata de una ruta misteriosa, sobre magia, ocultismo y objetos de poder.

Una antigua leyenda afirma que los cruzados fundaron hermandades secretas  para custodiar los objetos tocados por el poder de Dios, como la Sábana Santa, la lanza del Destino o los restos de la cruz de Cristo. ¿Qué hay de cierto en esto? ¿Y qué relación tienen estas misteriosas reliquias con Cartagena?

Descúbrelo en este apasionante recorrido tras la pista de los objetos mágicos por nuestra ciudad, en el que revelaremos qué grupos ocultistas trataron de apoderarse de ellos, cuándo se convirtieron en los guardianes de la tradición hermética, cómo adoraban a Baphomet y su conexión con los actuales cultos a Lucifer. Además, desvelaremos exorcismos reales practicados más cerca de lo que imaginas, describiremos extraños rituales de magia negra celebrados en Cartagena, hallaremos antiguas logias secretas y mucho más en una aventura que no dejará a nadie indiferente.


8. MEDIEVALES PARA EL RECUERDO

Los muebles en la Edad Media eran principalmente rústicos y funcionales. La madera era el material más comúnmente utilizado para su construcción, ya que era abundante y fácil de trabajar. Los muebles eran diseñados de manera simple y sin adornos excesivos. Algunos de los tipos de muebles más importantes de la Edad Media eran el cofre, el armario, la mesa y los asientos.  Estos muebles tenían que ser portátiles y versátiles, ya que la vida era inestable y peligrosa para la mayoría de la gente. Los muebles de la Edad Media reflejaban la vida que vivían esas personas, llena de interrupciones y dificultades. 

Los muebles en los castillos eran más lujosos y elaborados que los de las casas comunes. Los nobles y los reyes podían permitirse muebles de madera noble, metal, piedra o marfil, con tallas, pinturas, incrustaciones o tapices que mostraban su riqueza y poder. Algunos de los muebles más característicos de los castillos eran el trono, el dosel, el escabel, el bufete, el arca, el escaño y el lecho . Estos muebles tenían que ser sólidos y resistentes, ya que los castillos eran también lugares de defensa y refugio en caso de guerra.

Los adornos en los castillos eran una forma de mostrar el estatus y el gusto de sus habitantes. Algunos de los adornos más comunes eran las tapicerías, los cuadros, las esculturas, los relojes, los candelabros, los espejos y los jarrones . Estos adornos podían tener motivos heráldicos, religiosos, mitológicos o paisajísticos. Los adornos también servían para aislar y decorar las paredes, los techos y los suelos de los castillos, que solían ser fríos y oscuros.